La honestidad como esencia de la experiencia es el sello de los restaurantes de Grupo Franco, que dirige Armando Ortiz, quien ha sabido traducir ese concepto y adaptarlo al enfoque de cada emprendimiento. Comer nunca fue tan sencillo pero a la vez tan delicioso.
Pasarla bien. Sin más. Esa esa la aspiración de los restaurantes de Grupo Franco, con conceptos culinarios distintos, con aspiraciones diversas pero con una misma misión: hacer que el comensal se olvide de las preocupaciones de afuera y disfrute el momento con una experiencia desprendida, sin accesorios.
La franqueza es el sello de la casa y se tiene tan claro que además la palabra se expresa en las fachadas de sus dos restaurantes principales: Para Armando Ortiz, Director General de Grupo Franco, del que forman parte Franco, Banal Cocina Franca y Estación Central, cuando un comensal elige sus restaurantes, no solo busca comer bien, sino que aspira a disfrutar el momento con buena compañía y sin cargar con el peso de las apariencias.
“La experiencia es tan importante como que solo te sientes a comer rico. Tenemos que hacerte sentir especial, la verdad es que los tres lugares que tenemos , cada uno en su nicho de mercado, lo han logrado”, expresa Armando, quien a pesar de las diferencia de sus ofertas sanitarias, imprime en todas la marca de la casa.
Este sentido de integridad se manifiesta en una cocina sin pretensiones, en la que los sabores se expresan por sí mismos y los protagonistas son los ingredientes. Armando Ortiz reinterpreta la modestia con un concepto que no pretende arrebatar los sentidos, sino seducirlos. En Grupo Franco, los sabores no mienten.
Lavyn es una granja ubicada en el pueblo mágico de Tequisquiapan, que cultiva lavanda, romero, y otras plantas aromáticas.
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