A las faldas del Acueducto de Querétaro, Banal Cocina Franca es un Parrilla y Oyster Bar que no te puedes perder.
Banalidad es un concepto que suele estar asociado con lo superficial, lo trivial, aquello que carece de sustancia; quienes buscan trascender normalmente se pasan la vida huyendo de lo banal, pero no podrían estar más equivocados. En un mundo cada vez más ajetreado, con un entorno sobredosificado de información, en el que estamos expuestos a miles de impulsos inmediatos que pretenden robar nuestra atención segundo a segundo, la posibilidad de encontrar la calma y el sosiego es mucho más compleja.
Es entonces cuando la banalidad adquiere otro sentido. Se trata de despojarse del artificio de la apariencia, de la artimaña de lo barroco para dar paso a lo sutil. Para recuperar el aprecio por lo delicado en el mundo que nos rodea, todos necesitamos un rincón Banal.
En Querétaro, ese espacio se encuentra en Bernardo Quintana 23, a las faldas del majestuoso Acueducto, construcción histórica y símbolo de la ciudad, que engalana la vista de una de las edificaciones más representativas del Querétaro moderno. Banal Cocina Franca te da la bienvenida con la vista frontal de su maravillosa arquitectura, delicada y elegante como su concepto mismo, y que ha sido reconocida por Architectural Digest y el Premio Interceramic de Arquitectura e Interiorismo.
En su interior, ofrece una terraza con ventilación natural perfecta para una tarde tranquila y despreocupada, así como un espacio de mayor intimidad, adornado por una tenue iluminación, y flanqueado por un lado de una hipnótica barra de coctelería llena de líneas verticales que le dan una vista majestuosa, y por el otro de una barra fría que expone la frescura de su selección de almejas y ostras.
Armando Ortiz, Director General de Grupo Franco, reconoce que la sencillez es el concepto fundamental que rodea la oferta gastronómica de su grupo, sin que esto implique que la calidad quede en entredicho. En Banal, cuyas puertas están abiertas al público desde diciembre de 2019, lo importante son los sabores, las sensaciones y, finalmente, la experiencia global que ofrece un lugar que invita a abandonar toda preocupación para darse la oportunidad de disfrutar la esencia de la vida: la calidez de la compañía de aquellos a quienes apreciamos.
“Despreocúpate de lo que está pasando afuera, de la imagen que quieras pretender afuera. Aquí ven y sé banal, sé tú. Queremos que venga aquí la gente para que se divierta y se despreocupe, que sea ella misma”, afirma.
Banal Cocina Franca es una parrilla y Oyster Bar en el que podrás disfrutar desde una bandeja en frío con ostiones kumamoto y kumiai, almejas chocolatas y camarones para pelar, hasta un New York estilo Brooklyn con mantequilla y ajo rostizado. Crudo o al fuego, lo que circula su oferta gastronómica es la sutileza de sus platillos, alejados de artificios y fundamentados en la esencia de su gusto.
Para acompañar al paladar, la oferta de coctelería, con una importante presencia de ginebras y mezcales, ofrece una mezcla de tragos tradicionales y lo mejor de la creatividad de Dayron, responsable de la mixología del grupo y a quien vale la pena poner en acción para crear nuevas combinaciones que lubriquen una noche rodeado de amigos.
En Banal también podrás encontrar una fina selección de pescados, ceviches inspirados en lo mejor la cocina mexicana, peruana y japonesa, esenciales cantineros con el toque de la casa, y hasta los ya clásicos entrepanes de Franco, restaurante hermano. Las opciones son casi infinitas si de gozar la vida a través de la comida se trata.
Si buscas un lugar para deshacerte de las cargas de la vida cotidiana, en el que puedas sacarte las máscaras y apreciar la vida desde la belleza de lo ligero, y resignificar el concepto de banalidad, debes visitar Banal Cocina Franca.
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