Tras más de 18 años de estar entre las opciones más queridas de los queretanos, El Caserío se revela y muestra que hay placeres que perduran y trascienden
En la era de la obsolescencia programada, la mayor parte de la experiencias que se nos ofrecen están diseñadas para irrumpir de forma explosiva y desvanecerse en el viento de forma igualmente intempestiva. El gusto está conformado más a partir de la novedad que de la trascendencia, y de ahí que el ritmo vertiginoso de la vida nos lleve a saborear múltiples sensaciones sin permitirnos disfrutarlas en su esencia.
Hay aún, sin embargo, experiencias que están dirigidas a quienes se manifiestan en contra de esos designios y aspiran a vivir sensaciones profundas que ofrezcan perspectiva. En Querétaro, una de esas experiencias se encuentra en El Caserío.
Desde 2004, siempre en el casco de la histórica Hacienda Casablanca, El Caserío ha ofrecido a sus comensales mucho más que buenos platillos. Ya sea en sus diversos salones o a la sombra del árbol de su patio central, sus espacios dan cobijo de hogar a quienes durante más de 15 años han preferido su mesa para departir una tarde entre amigos o disfrutar de una cena especial en pareja.
¿El secreto? Para Sergio Salmón, su propietario, la constancia en el servicio ha sido clave para ofrecer experiencias trascendentes que fortalecen, con el paso de los años, el vínculo de los queretanos con uno de sus restaurantes más apreciados.
A pesar de ser un restaurante de cocina eminentemente española, El Caserío ha ido creciendo junto a sus invitados y hoy en día ofrece platillos de la cocina mexicana y también gastronomía contemporánea. Entre los clásicos inmortales de su lista de deseos, destaca sin duda el legendario Lechón Segoviano, un verdadero agasajo no solo por su suavidad e intenso sabor, sino por el espectáculo que implica servirlo, a pie de mesa y con un plato de barro para trozarlo en porciones, una imagen emblemática que da origen a su mote “la casa del lechón”.
Su Pescado a la Sal, horneado en horno de piedra completamente recubierto de gruesos granos de sal de mar, o la Fabada Asturiana, con su tradicional chorizo y morcilla y sus enormes fabas importadas, son también parte de la atracción principal y han sido opción preponderante de sus fieles comensales en los últimos tres lustros.
Su morcilla, el pulpo a la gallega, los arroces en paella, las costillas de cordero o el conejo encebollado son algunos de los platillos españoles más emblemáticos de una carta que se ha desenvuelto con dinamismo y de la que han formado ya más de 285 recetas que, de acuerdo con la temporada, se hacen presentes para recordar grandes sensaciones. El Rib Eye importado a las brasas, el Lomo de Salmón al Alioli acompañado de espinacas a la crema, entre las opciones de cocina internacional, y la Crema de Poblano, los Róbalo o la Lengua de Res a la Veracruzana, e incluso el Chile en Nogada de temporada, son ejemplos de cómo se completa desde la gastronomía mexicana una carta profunda tanto en opciones como en carácter.
El Caserío ha logrado posicionarse como uno los restaurantes insignia de Querétaro no solo por su estupenda oferta culinaria, que sería sola de por sí una razón de peso, sino porque tiene un compromiso inquebrantable con la sociedad a la que sirve. Es común que los pasillos y las paredes del restaurante funcionen como bastidores para que artistas locales y proyectos sociales exhiban su trabajo, y de manera regular se realizan en catas de vinos y licores de la región en la que productores de la Ruta del Queso y el Vino de Querétaro pueden difundir sus etiquetas en cenas-maridajes que muestran a los amantes del vino el potencial de esta región vitivinícola. Incluso, El Caserío ofrece la posibilidad de que los comensales traigan consigo etiquetas queretanas para disfrutar en el restaurante a un precio especial, por encima de los vinos nacionales e importados, esto para promover su consumo.
Ven a vivir una experiencia gastronómica acompañado de vinos de alta calidad en Food Garden By Viñedos Freixenet México, que tu paladar y antojo sean saciados con las diferentes propuestas que existen aquí dentro.
Lavyn es una granja ubicada en el pueblo mágico de Tequisquiapan, que cultiva lavanda, romero, y otras plantas aromáticas.