La construcción representativa de la arquitectura bernalense es sin duda el llamado Castillo. Data de los siglos XVIII y XIX. Se dispone en una esquina. Por el lado sur mira de frente a la parroquia, mientras que por el lado este da hacia la calle principal y colinda con los portales. Se concibió como sitio de administración local. De hecho, continúa funcionando como sede delegacional. Por dentro la construcción es sencilla. La mayor parte es de una sola planta que se divide en cinco habitaciones. Cuenta con una crujía y un torreón pentagonal de doble altura; sobresale de este último el reloj que lleva en su interior, el cual mira hacia la plaza principal y es de origen alemán. También cuenta con un enorme auditorio comunitario.
