Querétaro está lleno de tradiciones y de costumbres que se preservan con los años pero tal vez no haya una que se festeje con tanto ahínco como la que se realiza en nombre de San Miguel Arcángel en el pueblo de San Miguel Tolimán y que culmina con el levantamiento del Chimal.
Esta estructura es hecha con escamas de tallos de sotol de la región, se fortalece con alambre y se decora por la comunidad con productos naturales que el semidesierto les ofrece como frutas, verduras, tallos, hojas, flores y semillas. Mientras las mujeres, niños y hombres forman cadenas con sus ofrendas para colgar a lo largo y ancho del Chimal y agradecer lo que la tierra les da se escucha una oración milenaria a los cuatro puntos (norte, sur, este y oeste) una oración para reconocer la abundancia con la que San Miguel Tolimán ha sido bendecido.
Los protagonistas del festejo: Cargueros y cuadrillas de danza
Para cargar y levantar al Chimal (que en náhuatl significa “escudo”) se requieren más de 200 hombres que días antes se presentan voluntariamente para cumplir con esta tarea. Estos hombres, orgullosos de participar en la fiesta en la que sus padres, abuelos y bisabuelos también participaron, bendicen la ofrenda con incienso antes de ser levantada y la rocían con aguardiente y alcohol para “darle fuerza” y ayudar a la estructura a que se coloque donde debe ir sin contratiempos.
Esta fiesta espiritual no estaría completa sin música y baile por lo que las cuadrillas de danza se convierten en pieza clave. Estas cuadrillas representan a los diferentes barrios del municipio de Tolimán y estan formadas por niños vestidos con capas en las que se lee ¿Quién como Dios?, trajes rojos y azules, con coronas hechas de papel, plástico y cartón, maracas y espadas. Sus versos y cantos conforman el alma e identidad de esta comunidad y son enseñados de generación en generación.
Así, cada 27 de septiembre Querétaro puede ser testigo de cómo se ve la fe. De un festejo en el que se respeta cada uno de los componentes ancestrales y del que toda una comunidad forma parte y se siente orgullosa de hacerlo. Una tarde con aroma a incienso y copal en la que, entre risas, comida, pulque, música y oración se levanta al Chimal para que teniendo a San Miguel Arcángel como mensajero, Dios reciba el mensaje de agradecimiento de este pueblo del semidesierto queretano.
