Luto de Viernes Santo
Después de que Jesús pronunció las palabras: 'Padre en tus manos encomiendo mi espíritu', y murió en la cruz, dice la crónica bíblica que el cielo se nublo y se escucharon truenos. La ciudad de Jerusalén fue envuelta por un luto sepulcral, así lo ha descrito el cristianismo a lo largo de los siglos.
La Procesión del Silencio se realiza año con año por las calles de Querétaro para llorar la pasión y muerte de Cristo. Horas después de que concluyen los Vía Crucis las y los fieles acuden al Centro Histórico para presenciar el mítico rito que hermana a Querétaro con algunas de las ciudades más importantes del mundo.
Velas, cadenas y tambores
A las 18:00 horas del Viernes Santo inicia un desfile de hombres y mujeres por las principales calles del Centro, salen del Templo de la Cruz y recorren el primer cuadro de la ciudad.
El común denominador es el acto de fe que mueve a entre 400 y 500 hombres, mismos que cargando una cruz de madera rinden un luto anual al hijo de Dios. Se trata de un evento católico que se arraigó en Querétaro desde hace 55 años; así como sucede en diferentes ciudades del mundo, los presentes admiran el caminar de las personas que acuden en grupos organizados de hermandades o cofradías, quienes se prepararon con antelación para rendirse a este rito.
Cientos de mujeres, niños, niñas y turistas se congregan en las avenidas por donde pasa la Procesión. Los grupos van vestidos con túnicas rojas, moradas, blancas, cafés o negras, así mismo van descalzos, con cadenas en los pies y un capirote, gorro puntiagudo que cubre toda la cara, estos elementos generan un ambiente solemne.
Las mujeres también acompañan a las cofradías, la clásica vestimenta de luto cubre su cuerpo y desfilan con velas en las manos. Durante todo el recorrido solo se escuchan lamentos, cadenas y tambores.
Tradición queretana
El caminar de las y los dolientes es acompañado por imágenes religiosas monumentales representativas de la Pasión de Cristo.
Esta tradición queretana tiene un sentido muy especial para quien la vive de cerca. Niños, adolescentes y adultos forman parte de los grupos que año con año realizarán la Procesión del Silencio, algunos lo hacen para pedir un favor o agradecer a Dios.
Este evento marca el final del Viernes Santo, un día religioso marcado por la tristeza y el luto.
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