Metrópoli con encanto
El municipio de Corregidora, a tan sólo quince minutos del Centro Histórico de la ciudad capital, está lleno de historia, tradiciones, cultura y sabores que vuelven a la Metrópoli Creativa un destino entrañable.
Visita El Pueblito durante sus fiestas principales, a inicios de febrero en honor a la santa patrona del sitio. Renueva energías en el equinoccio de primavera en la Pirámide del Pueblito y conoce su zona arqueológica. Recorre la Ruta de la Adoración desde el Santuario de Schoenstatt hasta el de la Virgen del Pueblito. Y haz feliz a tu paladar con su gastronomía tradicional.
Aunque Corregidora forme parte de la zona conurbada de la Ciudad de Querétaro, es posible observar los clásicos paisajes semidesérticos del estado: entre los caminos, las industrias y las carreteras llenas de cactáceas y mezquites, encontrarás “El Batán”, una pequeña área natural protegida como reserva ecológica donde se hacen actividades en familia como días de campo, senderismo o ciclismo de montaña.
El sabor de las fiestas
Se sabe que si hay fiesta, hay comida, por eso el platillo más típico de Corregidora tiene que ver con su festividad más representativa, el Paseo del Buey, en la que se sacrifica al animal y se cocina en un caldo que reparten a todos los vecinos al día siguiente y se acompaña con las tortillas ceremoniales selladas o pan de pezuña o de agua. Es una tradición que se ha conmemorado desde hace más de 280 años.
Otras de las ofertas gastronómicas que tienen que ver con las Fiestas de Febrero, como los tamales de lengua de buey, también conocidos como chanclas, que son tamales fritos y aplastados que se hacen en El Pueblito desde hace 60 años; o los camotes achicalados preparados con piloncillo por los artesanos desde hace más de 100 años.
Además de dulces típicos, las manos artesanas de Corregidora elaboran a la muñeca Pueblito, ataviada con el traje típico que representa a los indígenas de la región, con el cual acuden a los bailes en celebración a la Virgen del Pueblito. También hacen variedad de artesanías con cuero, bordados y tallados de madera con materiales aprovechados de la especial geografía del municipio.
Una pirámide en plena ciudad
La zona arqueológica de El Cerrito es un asentamiento prehispánico cuyo nombre proviene de su semejanza a un pequeño cerro. Tuvo su ocupación hace más de 1500 años por diferentes culturas, como la Tolteca, Chichimeca, Tarasca y Otomí en el Posclásico.
Tenemos en Querétaro la pirámide más grande del Bajío de México, el Gran Cué, a 30 metros de altura. Está rodeada por la Plaza de las Danzas, la Plaza de las Esculturas, el Altar de Cráneos, y el Palacio de los 4 Altares.
Para complementar tu visita también encontrarás el Museo de Sitio, donde se exhiben 125 piezas arqueológicas, altares tradicionales y una exposición sobre la construcción del espacio para que descubras la historia de la pirámide, el origen de los pueblos toltecas y la consagración de edificios.
En El Pueblito, puedes pasar por varios museos como la Casa de las Artesanías, el Museo Anbanica de Historia, que exhibe los tesoros históricos de la Villa del Pueblito en el Palacio Municipal, y el Museo Comunitario Rubén González López “Arte, tradición y fe”, perteneciente al escultor homónimo, especializado en caricaturas satíricas talladas en madera.
La Ruta de la Adoración
Históricamente El Pueblito desarrolló particularidades que le dieron una cultura local fuerte y muy interesante, entre estas, la devoción a la Virgen del Pueblito, a la que se le rinde honores desde hace más de 300 años durante las Fiestas de Febrero, como el Paseo del Buey, el Día del Caldo, la bendición de la “Parande y la Colación”, y la Batalla y Muerte del Moro y del Soldado para el aniversario del santuario.
También puedes recorrer otros sitios religiosos del municipio como la Parroquia San Francisco Galileo en el Jardín Principal, y el Santuario Schoenstatt en Los Olvera, que junto con Pirámide de El Cerrito, conforman la Ruta de la Adoración.
No te pierdas la oportunidad de hallar más de la cultura y la historia de Corregidora, sin duda un paseo imprescindible para salir de la rutina y conocer a fondo todo lo que la Metrópoli Creativa tiene esperando para ti.
