Tras pasar las áridas montañas de Tolimán y Peñamiller, el semidesierto queretano, el paisaje se va tornando verde y las copas de los árboles de coníferas le dan una sensación acolchada a esta parte de la Sierra Gorda. La inconfundible Puerta del Cielo te da la bienvenida a una región llena de naturaleza y cultura.
Tomar carretera es un placer, más si el trayecto ya es una experiencia en sí. Una frase atribuida a Henry Miller sugiere que el destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas. Sumergirse en la imponente Sierra Gorda no solo es un cuadro sacado de la escena final de Mi Obra Maestra -cuando Arturo y el pintor Renzo beben y reflexionan sobre la muerte, en las colinas de Tucumán, mientras admiran el paisaje-, es adentrarse en un mundo biodiverso y de impronta cultural.
Pinal de Amoles es la entrada a un crisol de maravillas naturales, donde necesitarás poco más que tiempo y una cámara para capturar paisajes, momentos y recuerdos. La Puerta del Cielo, paraje de bienvenida a la Sierra Gorda, lleva ese nombre porque asemeja un portal formado por dos inmensas montañas que dan paso a una estrecha carretera donde la luz del sol abre un boquete que da vuelo a la imaginación, por qué no: la posible entrada al paraíso debe ser así.
Mirador de Cuatro Palos, una vista a la inmensidad
A 12 kilómetros de la Cabecera Municipal de Pinal, tienes una de las vistas más espectaculares de todo el estado de Querétaro en el Mirador de Cuatro Palos, un sitio para acampar y observar desde lo más alto la Sierra Gorda de Querétaro. Si Puerta del Cielo es la entrada al paraíso, Cuatro Palos es la estancia. Llegar al amanecer, cuando el sol asoma sobre el mar de neblinas es un recuerdo que no te olvidas nunca más.
Del Mirador de Cuatro Palos bajarás con hambre, en Pinal de Amoles todo es una experiencia, desde ser uno mismo con la naturaleza, hasta comer. Forma parte de la Ruta del Sabor y comienza tu camino culinario en la Cabaña, una gordita de chicharrón prensado, una quesadilla de champiñones y un buen café de olla son la gasolina necesaria para nuestro siguiente destino.
Una colección de maravillas naturales
Toma el volante y trasládate ahora a 23 kilómetros de la cabecera municipal, donde la Cascada del Chuveje te espera con un clima cálido y húmedo, presencia su caída de 30 metros luego de una caminata de 15 minutos entre sendero a la orilla del río.
Gautier decía que el placer de viajar consiste en los obstáculos, la fatiga, e incluso el peligro. Si buscas destinos con un mayor grado de dificultad, Pinal de Amoles también los tiene. El Cañón del Infiernillo, incrustado en la Sierra Gorda, es un espectacular sitio que para ser recorrido, se debe avanzar entre un espacio de paredes rocosas, estrechas, de más de 100 metros de altura. Practica rapel en su cascada o salta desde 15 metros hacia su poza.
Paz o aventura, tú eliges
En la profundidad de Bucareli, a un costado del cruce del río Extoraz y el arroyo El Plátano, se encuentra el campamento Bucareli Extremo, un circuito de tirolesas, juegos de altura y cabañas, pero si lo tuyo es el senderismo, la vista al Puente de Dios es el plan ideal, ya que caminarás entre hermosos paisajes, que cautivan por su verde vivo y el azul cristalino de sus aguas cristalinas. El puente esculpido por la naturaleza enmarca el final de recorrido donde se forma una cascada entre piedras.
Es importante que para conocer a profundidad Pinal de Amoles consideres varios días de viaje, las grandes altitudes de la Sierra Gorda son otro punto a tomar en cuenta; sin embargo, estas características generan microclimas que abonan a los encuadres que podrás capturar, donde la geografía y el tiempo humano se unen en paisajes poéticos, líricos e inolvidables.
