Templo de estilo neoclásico que inició su construcción el 7 de enero de 1828 sustituyendo una capilla muy pequeña y deteriorada que servía al cementerio desde la segunda mitad del siglo XVIII, tomando como modelo para su construcción el trazo de la iglesia Catedral Metropolitana de México, fabricada con buenos materiales de cal y canto, se dotó de un anexo que figura un pequeño claustro. El templo fue bendecido y abierto al culto público el 4 de febrero de 1835, desempeñando inicialmente el uso de capilla del camposanto parroquial que estaba en lo que hoy ocupa el atrio del templo principal de San Pedro y San Pablo; durante un corto periodo a mediados del siglo XIX, se desempeñó como templo de la Congregación de Servitas en Cadereyta.