En el corazón de Villa Progreso, municipio de Ezequiel Montes, Querétaro, México, opera el taller Arte Maguey, una microempresa dirigida por Isaias Mendoza, representante de la cuarta generación de artesanos especializados en ixtle, también conocidos como artixtle. Este proyecto familiar inició alrededor del año 2000 y se centra en la extracción y transformación de la fibra del maguey en piezas únicas que fusionan utilidad y arte, preservando técnicas transmitidas por décadas en una comunidad con más de 400 años de historia en el oficio
Todo comienza con una penca de maguey, de la cual se extrae la fibra mediante un método rudimentario que requiere paciencia y destreza manual; generalmente, se necesitan unas cinco pencas para obtener un kilo de ixtle, dependiendo del tamaño y grosor de las hojas. El desfibrado, práctica arraigada desde los años 50, demanda aproximadamente tres horas por tanda: los manojos o machines resultantes se cuelgan como elementos promocionales e informativos, atrayendo la atención de visitantes y compradores. Para sostener la producción, buscan mano de obra local que se incorpore semanalmente en tareas de desfibrado, especialmente durante las temporadas fuertes de alta demanda



Entre los artículos que producen en su taller están espejos, cepillos, cajas, tapetes, bolsas, piñatas, piezas decorativas e imágenes religiosas, destacando sus nacimientos de ixtle que tardan más de cuatro meses en elaborarse.
El proyecto del ixtle también incluye esta parte de nacimientos especializados, piñatas y artículos como espejos, cepillos, cajas, esteras y bolsas.Isaías expresa orgullo por mantener viva esta tradición familiar que lo vio crecer y le ha dado sustento, y busca transmitir la importancia de apoyar la cultura para que no se pierda. También menciona que el taller se ha adaptado con creatividad para mantener vigente el arte del ixtle a pesar de los retos y la competencia con materiales modernos.
