Un lugar que lo tiene todo, comodidad, descanso, comida de calidad, estilo, arquitectura vanguardista, una vista privilegiada y una copa de vino lista para ofrecer, el escenario perfecto para un día especial.
A solo cinco minutos del Pueblo Mágico de Bernal, con una vista única al monolito más grande del país, se encuentra Puertas de la Peña, un punto ideal para todo tipo de evento, pues cuenta con variedad de instalaciones para facilitar a sus clientes el camino hasta su cometido.
Cuentan con salón de eventos, un espacio completamente cerrado con iluminación natural, con una capacidad hasta para 600 personas, amenidades como una cocina industrial, permite llevar a cabo grandes congresos y conferencias. De igual forma, si deseas un espacio al aire libre, puedes utilizar la Terraza La Vista.
No debe pasar desapercibido para los amantes del romance las posibilidades que ofrece para aquellos que desean realizar una boda íntima y memorable; la capilla crea el escenario perfecto para la ceremonia, y en sus alrededores puedes encontrar tu spot favorito para tus fotos, como el puente que cruza el lago o los mezquites.
Puertas de la Peña tiene, además, un viñedo y una cava subterránea donde se realizan recorridos y degustaciones de algunos de sus vinos, resaltando nombres como” Ocho Apellidos", "Abuelo Julián", "Cuatro Motivos" y "Hortensias y Rosas"
Para complementar tu experiencia, visita el restaurante Olivo Tinto, un establecimiento que ofrece comida mexicana en un estilo contemporáneo y platillos de autor de la mano de la chef Ana Martorell.
La pieza final es su Hotel Spa Boutique, diseñado para adentrarse en un ambiente elegante. Con 39 habitaciones de diferentes tipos, desde estándar hasta máster, con una decoración ligada a la madera.
Del 24 de octubre al 2 de noviembre, el Centro Histórico de Querétaro te espera con grandes actividades para rendir tributo a esta tradición mexicana que nos da identidad.
En Querétaro, el vino, la gastronomía y el amor se entrelazan para crear historias que perduran más allá del viaje. Aquí, cada experiencia es una promesa, cada paisaje una declaración y cada sorbo un motivo para volver a brindar por el amor.
