Si las tradiciones tuvieran un aroma, ese sería el del pan recién horneado por la mañana.
En el hermoso pueblo mágico de Amealco, a una sola cuadra del centro, hay un lugar que representa el trabajo heredado de la familia, donde el día comienza de madrugada a tiempo de llegar a la mesa para el desayuno, acompañado con un rico café de olla.
Desde generaciones atrás la familia de Diego Mercado se dedicó al noble arte del pan, pero por cuestiones de la vida que nadie puede controlar, se volvió imposible conservar el negocio.
Diego, decidido a retomar el negocio familiar y darle una nueva imagen, abriendo la Panadería Santa María, poco antes de las fiestas navideñas del 2024, poniendo en ella sus esperanzas de llegar al gusto de la gente con su esfuerzo y trabajo duro.
La nombró en homenaje al primer nombre del municipio, La Villa de Santa María de Amealco, un detalle que evoca la nostalgia de la comunidad. Así mismo, diseñó su logo en base a la parroquia del mismo nombre, adornándola con una espiga de trigo que refleja su labor.
El negocio fue un éxito, superando sus expectativas desde el inicio, aumentando poco a poco la preferencia de la gente a base de delicias: conchas, cuernitos, roles de canela, bolillos, pan de acámbaro, y mucho más.
En caso de visitar este bello pueblo, no te olvides de visitar la panadería, abierta desde las 7 de la mañana hasta las 9 de la noche. Es una parada obligatoria para los que tienen el antojo de algo nuevo.
