El municipio de Arroyo Seco, ubicado al norte del estado de Querétaro, es una tierra llena de historia y tradición. Antiguamente habitado por pueblos huastecos, chichimecas y mexicas, su devenir cambió con la llegada de los españoles, quienes se asentaron en la comunidad de Concá, marcando una nueva etapa en la historia de la región.
Este rincón queretano está rodeado de majestuosos bosques que albergan encinos, mezquites y pinos, y es atravesado por ríos cristalinos que invitan al descanso y la contemplación. Las tradiciones están vivas durante todo el año, con celebraciones que llenan de color y fe a sus comunidades, como la festividad de la Concepción de María en Purísima de Arista, una muestra del fervor y la identidad local que se mantiene con orgullo generación tras generación.
Purísima de Arista, una encantadora localidad del municipio que cautiva a quienes la visitan con su iglesia de estilo tradicional “Parroquia de la Purísima Concepción”,punto de encuentro espiritual y cultural para la comunidad. En este rincón lleno de calidez serrana, destacan lugares como el restaurante Doña Juanita y la fonda Purísima, donde se puede disfrutar de aguas frescas de mango y tamarindo, así como una deliciosa variedad de platillos típicos: caldo de res, chiles rellenos de queso o picadillo, mole rojo, mole verde, y carne de res en salsa verde. Y si visitas en domingo, no puedes perderte el tradicional menudo, perfecto para cerrar el fin de semana con sabor casero.
Misión de San Miguel Concá, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2003
Es una joya arquitectónica enclavada en la Sierra Gorda queretana. Dedicada a San Miguel Arcángel, esta parroquia franciscana —la más pequeña de las cinco misiones de la región— fue construida entre 1750 y 1754.
A pesar de su tamaño, su riqueza simbólica es inmensa. En su fachada y detalles decorativos se refleja la profunda influencia indígena, visible en elementos como flores, conejos, águilas y mazorcas de maíz, símbolos que otorgaban un sentido de pertenencia a las comunidades originarias. Esta misión representa un claro ejemplo del mestizaje espiritual y cultural que surgió en la región y se expandió por todo el municipio, dejando una huella imborrable en su identidad.
Aunque se desconoce la fecha exacta de su origen, se cree que este imponente ejemplar ya existía mucho antes de la llegada de los antiguos pobladores. Con un impresionante diámetro de 22 metros, es considerado el segundo árbol más grande de México.
Lo que lo hace aún más especial es el manantial que brota entre sus raíces, una fuente de vida que no solo lo nutre a él, sino que revitaliza todo su entorno. Este manantial convierte el lugar en un espacio de profunda conexión con la naturaleza, donde el agua y la sabiduría ancestral fluyen juntas en armonía.
Arroyo Seco es más que un destino: es un encuentro con la historia, la naturaleza y la identidad serrana. Desde sus misiones cargadas de simbolismo, hasta sus ríos, manantiales y sabores tradicionales. Visitarlo es dejarse envolver por su hospitalidad, su cultura y el alma profunda de la Sierra Gorda.